viernes, 23 de mayo de 2008

A orillas del Po



A veces la vida nos sorprende a la vuelta de la esquina, regalándonos momentos y amigos que parecían una utopía, como para dejar de soñar, gracias, mis alicantinos estupendos, Serg y Cris…

Creía que no volvería
a tus brazos
a ese calor inmenso
donde me refugiaba
ante tanto frío,
paseando mis ojos tristes
-inundados de tanta melancolía
que ni yo misma me reconocía-
por tus orillas,
buscando allí un consuelo
a tanto vacío interior,
anhelando una respuesta
que nunca llegó.
Sólo tú,
añorado Po
leíste en mi
como en un libro
y pintaste,
poco a poco,
tarde a tarde,
mis lágrimas de sonrisas
y mis penas de alegrías,
ahora sé que en breve
volveremos a vernos
mis ojos te sonríen
desde lejos
y te agradecen,
con toda el alma
que me trajeras
en tus aguas
el recuerdo
de mi tierra sevillana.

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