miércoles, 26 de enero de 2011

Adiós al cuarto rojo


En estos días se cierra un ciclo, finalmente después de haber postergado por mucho tiempo lo inevitable un espacio que fue para muchos de nosotros un refugio en los años de la infancia y también mucho después pega el cerrojazo, puede parecer tonto cogerle cariño a una habitación y más tratándose de una pieza de la casa que muchos quizá dirían que era aburrida y hasta sosa, pero para los más pequeños aquella era la habitación con más magia de la casa, de vuestra casa, porque en ella guardabais vuestros más preciados tesoros: vuestros libros y vuestros albumes de fotos de todos esos viajes a lo largo y ancho del mundo.
No sé lo que dirán mis primos pero al menos yo en esas cuatro paredes he soñado como Bastian en la Historia Interminable con muchos mundos de fantasía, allí nació mi fascinación por la novela romántica (que si bien hoy se ve como un género minoritario, paradójicamente no es tal) que aún hoy perdura (vivir para ver, es la única lectura que me relaja cuando el estres de lo cotidiano me ataca), mi curiosidad por la narrativa de viajes (¿qué mejor guía de viajes que el propio relato de alguien que haya estado antes allí?aplicandome el cuento ahora cada vez que viajo tengo la extraña costumbre de llevar conmigo un cuaderno para escribir), mi predilección por la novela de aventuras (no me cansaré nunca de releer el Conde de Montecristo, por más libros que deje de leer por preferirlo), mi gusto por la fotografía, ¿qué más me queda por decir? que siempre me quedarán los recuerdos, la memoria de las fotos, el aroma a libro viejo de esas estanterías rojas que dieron nombre al cuarto (porque sus paredes nunca dejaron de ser blancas), el encanto y el misterio de tantas páginas que le llamaban a uno si se sabía escuchar atentamente...
Echaré de menos los fines de semana sentada en el suelo del cuarto rojo escogiendo un par de libros para leerlos después en casa de la abuela y a vosotras porque fuisteis las culpables en gran medida de que hoy día ese universo mágico de los libros forme parte de mi vida, gracias por todo, niñas, allí donde estéis, cuidaos mucho y no olvideis que nos vemos en ese nuevo cuarto rojo.