Por fin encontré billetes para esa ansiada escapadita a Italia, ¡qué ganas! ya os contaré cuando vuelva, estoy como una niña con zapatos nuevos, ¡por fin vuelvo al pueblo del capitán Pescanova! al final llegar a la bella Napoli para la boda de Maria era casi misión imposible, pero como el mono de Italia no me lo quito por mucho que hable con mis ragazze e ragazzi (ragazzi, ci vediamo tra poco!) y que les mande cartas me he dicho ahora o nunca, así que del 25 al 29 estaré en tierras abruzzeses engañando un poco a esa incurable nostalgia, visitando a los amigos que me dejó un año viviendo y currando allí como profe (o eso se intentaba) de español, la experiencia fue increíble y la gente que conocí pues son tema aparte, no tengo palabras, forza Pescara!, allí me sentí como en casa, lo dicho, me llevo la tortilla de patatas, el gazpacho y la paella de mi valenciano y una foto de mi gran familia y ahí que me quedo (tengo hasta playita), pero como en esta tierra nuestra hay muchas cosas que tiran (ese personajillo que me quita el sentío, que espero que algun día se entere de que lo quiero con locura, y de que dejarse llevar por una vez estaría bien, mis niñas que aunque nos veamos muy de vez en cuando sabeis que os quiero una jartá, ¡a cuidarse! Y mi gente que aunque seais muy intensos y yo sea pelin arisca, os quiero un puñao grande) esta vez (y sin que sirva de precedente) volveré...
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