domingo, 15 de junio de 2008

La isla de los libros...



"Los libros son como los soldados, funcionan no ya en número, sino a mogollón. Leer significa leer mucho y sobre todo haber leído mucho y variado. Algunos libros rematadamente malos ocupan un lugar importante en la formación y el corazón de cualquier lector (...)". (Eduardo Mendoza, De ferias y libros)


Hoy no voy a hablaros de ningún libro en concreto sino más bien de los libros en general, buceando un poco por google me he encontrado con un artículo publicado en el País por Eduardo Mendoza donde hace una especie de presentación de la Feria del Libro de Madrid que termina este domingo, para la gente que amamos los libros como es mi caso (culpable, en palabras de mi madre cualquiera diría que nací con un libro debajo del brazo en vez del pan) y que tenemos la inmensa suerte de trabajar de algún modo cerca de ellos ferias como esta suponen no una fiesta porque por causas de horarios y demás uno no puede estar todo el día allí como le gustaría sino un espacio donde intercambiar impresiones con algún que otro escritor (si uno se acerca cuando acaban de abrir y no comete el error de pasarse a la hora punta de firma de libros), un momento de encuentro donde enamorarse (¿por qué no?) a primera vista de un libro o donde reencontrarse con amigos de ayer y de hoy (esta vez en formato bolsillo, listo para llevárselo uno a casa y leerlo en el autobús, en el metro o donde la lectura nos sorprenda), en estos días un amigo de Italia me ha lanzado un reto que me ha dejado fría, me ha pedido nada más y nada menos que le haga una lista de los libros que le recomendaría si tuviera que irme a una isla desierta donde la única compañía fueran esos mismos libros, uf, me ha dejado fuera de combate, como bien dice Mendoza en el artículo que os mencionaba al principio un solo libro no es nada, es la suma de varios lo que los hace importantes, pues sí, llevo un par de semanas dándole vueltas a los libros que me llevaría como compañeros de soledad (una soledad acompañada, eso sí y poblada de presencias cercanas), y la verdad es que es complicado porque creo que no cabrían en ninguna barca, seguro que la hundo al primer intento, jejeje, quizá empezaría por los de mi infancia y niñez, La hija del espantapájaros, La historia interminable, Momo, El duende a rayas, El pampinoplas, las series de los Cinco y los Siete Secretos, Ana de las tejas verdes, Celia, uffff, son tantos, y ya con los años pasaríamos a La noche de la séptima luna, El libro de los abrazos, El conde de Montecristo, Si esto es un hombre, Cristo se detuvo en Eboli, Oceano mar, El nombre de la rosa, La sombra del viento, Los ríos profundos, María, 20 poemas de amor y una canción desesperada, Ocnos, La muerte y otras sorpresas, Rincón de haikus, Cancionero y romancero de ausencias, Campos de Castilla, Pepita Jiménez, Puebla de mujeres, La casa de papel, etc, etc, etc

pero no sabría explicar por qué elijo cada uno de ellos y no otros, quizá porque uno a uno fui acercandome a ellos, leyendolos, saboreandolos y terminé queriendolos como los amigos en los que se convirtieron con la lectura, presencias amigas que están ahí cuando la vida no nos trata del todo bien ofreciendonos por unos instantes preciosos unas alas para volar hacia un mundo que será por unos instantes nuestro mundo, os reto como mi amigo a que hagáis vuestra propia lista de libros para esa hipotética isla, os sorprendereis del resultado, ¡un abrazo a tod@s!

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