Vivían sumidos en una mentira que, poco a poco, y sin apenas darse cuenta, como si fuera una tela de araña, había envuelto sus vidas. Ella ya no sabía lo que sentía, él la había vuelto invisible a fuerza de no mirarla. Él se había convertido en un alma en pena pues aun cuando ya no reparaba en ella estaba condenado a seguir buscándola por toda la eternidad. ¿Qué eran Ellos sino dos locos en busca de respuestas? Cuando el amor, la pasión o lo que sea que une a dos personas se agota lo mejor es no prolongar la agonía, autoengañarse es absurdo y a la larga nos mata por dentro, mientras quede ilusión hay que seguir hacia adelante, las respuestas las encontraremos por el camino, pero no hay que estancarse, ¡llegarán! o alguien un día nos las regalará...
1 comentario:
Cada día hay un par de respuestas a la vuelta de la esquina.
No sé cómo llegué, sólo sé que me gustó y me paré
;)
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