Me sumerjo en mañanas que están repletas de inmensidad, de luces y de sombras, de amigos, de risas, de miradas de ida y vuelta, de instantes que son eternos porque a ratos parece como si se congelara el tiempo, reloj de segundos secretos, suspiros de recuerdos casi desdibujados, tan inútiles como lejanos, distancias que se acortaron, nada nos ata al pasado, la vida nos lleva de la mano, nos regala tanto sin pedirnos nada a cambio, susurros de algo que llega, tan sutil como cercano, bocas que se dicen todo sin apenas intentarlo, cuerpos que se van aproximando, anunciando peligro inminente si te acercas a mis labios, noches que son eternas cuando la luna se refleja en tu melena de poeta desfasado, de bohemio diletante, de aprendiz de soñador, dedos que se enredan en tu pelo como mi vida en esta locura llamado deseo...
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