domingo, 9 de noviembre de 2008

Cicatrices

Hay cicatrices que ayudan a vivir por todo lo que nos enseñan

Las heridas en el alma duelen cuando uno se las hace pero, con el tiempo, se aprende a con-vivir con ellas y poco a poco se va aligerando esa carga, no digo que se conviertan en nuestras mejores amigas pero al menos uno va haciendose consciente de que no son una carga tan pesada e imposible como pensaba al principio, ¿quién no luce alguna cicatriz de la infancia, de aquella mágica época en la que todo parecía eterno, en la que creiamos que el mañana no llegaría nunca? Pues sí, el mañana llegó, quizá demasiado pronto para algunos, se llevó nuestra inocencia, algunos miedos (que acaso cambiamos por otros), algún amor con el que una vez creimos que se nos iba la vida (¡bendita inocencia!nada más lejos de la realidad, la vida sigue caminando con nosotros, inexorable), más de un amigo, y los que dicen algunos que son los mejores años de nuestra vida, ¿los mejores? yo prefiero pensar que los mejores son los que estamos viviendo aquí y ahora, ese presente que a veces no valoramos porque siempre estamos con la vista en el futuro, un futuro demasiado lejano e intangible como para tomárselo demasiado en serio, ¿por qué perdemos tanto el tiempo? los segundos pasan como granos de arena que se nos escapan entre las manos, unas manos que, a ratos, quieren abarcar demasiado y así va pasando la vida delante de nuestras narices sin casi darnos cuenta, por todo eso y por todo lo que callo (no porque lo haya olvidado sino porque a veces la memoria es perezosa y no quiere recordar lo que ya ha vivido intensamente una vez ¿para qué volver atrás sino se puede recuperar lo ya vivido?) amo mis cicatrices (igual que amo mis miedos), ellas son las que me enseñan lo que aún nos puede ofrecer la vida en cada amanecer, en cada sonrisa, en cada amigo, en cada palabra, en cada silencio, en cada una de esas pequeñas cosas que a veces pasan desapercibidas sin saber cómo ni por qué, os mando un abrazo a tod@s y os animo a que abrais bien los ojos, a que ni los miedos ni las cicatrices ni nada de lo que os rodea os pase desapercibido, la vida es un regalo increible como para no darnos cuenta...

1 comentario:

Cristina dijo...

Hola, Nat, que mejores de ese malestar que te aqueja, a ver si pasas mejor en la próxima semana.

Un abraz♥