sábado, 16 de agosto de 2008

La curiosidad



Yo no podría, a ninguna edad, ser feliz estando sentada junto a la chimenea y simplemente mirar. La vida fue propuesta para ser vivida. La curiosidad debe mantenerse viva. Uno no debe nunca, por ninguna razón, volverle la espalda a la vida. (Eleanor Roosevelt)

Dicen por ahí que la curiosidad mató al gato, no sé, yo no lo vi, no podría decirlo, sólo sé que mi imaginación se desborda si no te pregunto nada, si sencillamente hablo, tú hablas y las respuestas vienen rodadas como de la nada, las pocas veces que he preguntado algunas respuestas me hirieron sin querer, así que ahora prefiero que la vida y la gente me sorprendan, que me pillen desprevenida mientras camino como si nada, pero si te quedas más tranquilo la próxima vez que la vida nos haga coincidir (¿qué es la vida sino un juego de coincidencias debidamente urdido?) tendré preparado un test de preguntas sin opción de pedir un comodín que te salve de mi implacable aunque disimulada curiosidad, tú te lo buscaste, pequeño, ahora sólo te queda huir del país, nos vemos en la cafetería del aeropuerto...

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