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Mantén tu rostro hacia la luz del sol y no verás la sombra". (Helen Adams Keller)
"Canarias, paraíso de luz y certidumbres".
Desde la ventanilla del avión Canarias va quedando atrás, allá abajo cada vez más pequeñita, ha sido una semana de reencuentro (volvía a ver a una amiga a la que no veía hace cinco años, alegría), de descubrimientos, de risas, de ponerse al día de nuestras respectivas vidas, de nuevos sabores (esas papas arrugás, ese gofio, ese mojo, esas arepas, esa ropa vieja, esos lacitos, ese pan relleno), esa variedad de paisajes y de microclimas es lo que más me ha sorprendido y enamorado, la tranquilidad, la amabilidad de sus gentes, ese sentirse acogido, esa primavera eterna me ha fascinado, ese poder ir en manga corta cuando en la Península aún estaban con los abrigos y las bufandas, aún cuando para variar me traje de recuerdo un bonito gripazo que contagié a toda mi familia de acogida...
Hay tanto que ver ¡y sólo tenía una semana1, así que un pequeño aperitivo: Las Palmas, con sus emblemáticos barrios de Triana y Vegueta impresionantes por su colorido, su vida y su belleza; de pueblos reyes de la curva como Teror (aydiosmio chona, qué vértigo y qué blanca me quedé), donde nos cogió una maratón, preciosa la Virgen del Pino; Agaete y su Dedo de Dios que un temporal echó abajo, 32º grados y la gente en la playita, yo para contrastar con jersey de lana, bufanda y más frío que Carracuca, lo mismo me llevé conmigo el mal tiempo de la Península, ese pescaito frito recién pescado en la Cofradía de pescadores rodeados de gatos, esa Lis dando de comer a Isidoro y a sus amigos gatunos; Agüimes con sus esculturas por las calles y plazas, ese camello Romualdo, el burrito Platerito, las casas típicas con las salamandras de colores, la Casa de los camellos, preciosa casita rural donde refugiarse; paseando con sol por la playa de las Canteras, conociendo a Mary Sanchez, a la Loli y a mucha buena gente, estatuas de arena impresionante; parada final, nunca me gustaron las despedidas, Maspalomas y su faro, increíble paraíso guiri, una Torre de Babel muy especial, crisol de culturas e idiomas, ese atardecer en buena compañía, esos ojazos que deslumbran, esa pizza por sorpresa, buonissima!
El viaje que empezó casi como una de mis locuras por fin se hizo realidad, cruzar el charco aunque fuera sin salir de España, ese paraíso canario, tan cerca y sin embargo tan lejos, gracias de corazón a mi querida familia canario-venezolana, chicos, amenazo con volver porque aquello es precioso y queda mucho por ver, ¿nos vemos el año que viene? Lili, prometo volver sin virus de por medio, Lis, déjame el mando para ver Andalucía directo, porfi, que de Supervivientes no me entero de nada ni aunque me hagas un esquema, Fer, a ver si la próxima vez quitáis las curvas asesinas antes de que llegue, que quiero llegar a los 36, gracias. Os quiero un puñao grande, familia, ¡hasta pronto!