Llueve, llueve, llueve, y me preguntas por qué sólo escribo los días de lluvia, te miro con curiosidad y sonrío, me extraña que no sepas leer en mi la razón, escribo para no perderme en mi,en ti, en tantas cosas, para encontrarme cuando no sé ni dónde fui ni dónde iré, para inventar pretextos para seguir mirando hacia adelante y para conservar la poca cordura que aún me queda, para olvidar, sí, no me mires así, también escribe uno para olvidar lo que se sabe con certeza que sin embargo nunca se podrá olvidar, porque algunos recuerdos son persistentes y se aferran a su efímera vida como si les fuera la vida en ello, escribo también y sobre todo porque la escritura me da vida, porque cada palabra que cobra vida en el papel me concede un minuto más de ilusión, de esperanza, de risas, necesito escribir cuando llueve porque así hago tiempo hasta que lleguen esos amaneceres sin lluvia que tanto ansío (en uno de ellos te encontré un día y ahora no sé vivir sin ellos y sin ti), esos en que tejemos nuestra historia, nuestro ayer, nuestro hoy y ¿por qué no? también nuestro mañana, no olvides nunca que después de la lluvia siempre llega el arcoiris, te espero en ese amanecer donde tu sonrisa siempre me salva ("si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice y todo")...
1 comentario:
Hola, Nat, me complace leerte. Conservar la cordura y ver siempre hacia adelante, tan importantes. Un abrazo
Publicar un comentario