miércoles, 8 de julio de 2009

Miradas de tren



"Las personas reales están repletas de seres imaginarios". (Graham Greene)

Te he dejado allí, en el andén 4 de una estación sin nombre de una ciudad sin nombre, sin esperanza de retorno y sin una sola respuesta a tantas preguntas, te he dejado únicamente el silencio de tantas cosas que nos separan y de una vidas que no nos pertenecen por entero, sí, aunque no lo creas, somos esclavos de tantas cosas: de nuestros deseos, de nuestras pasiones, de las situaciones que nos rodean y que escapan a nuestro entendimiento, de lo dicho y de lo callado, de lo vivido y de lo por vivir...
Ahora, veo la lluvia caer lentamente desde la ventana de ese tren que me aleja irremediablemente de ti y caigo en la cuenta del significado de cada silencio, de cada gesto, de cada frase, cada gota de lluvia que golpea en el cristal me cuenta una historia, me habla de ti, intenta hacerme sentir un poco culpable, aunque sabe que no regresaré, que todo es ya en vano, pues no seré capaz de dar marcha atrás ni de volver a buscarte, el miedo me atenaza, hay historias que es mejor no despertar por todo lo que traen con ellas, la capa que el tiempo ha tejido encima de ellas es quizá lo mejor que les podía haber pasado, las protegen y nos protegen de la incomprensión, del desvarío, de la locura, de todo lo que podrían suscitar, el silencio pesa como una condena, mi mirada es ya una mirada de tren, quién sabe cuándo podré llegar a una estación donde finalmente la vida y los recuerdos me dejen bajarme del tren y simplemente seguir adelante como si fuera la primera vez...