A mi amigo Pedro por ese trafiqueo de libros y por su curiosidad innata...Cambiamos de escenario natural y vital, después de mucho tiempo sin cambiar de aires ni de barrio por fin me mudé la semana pasada a la librería que hay en pleno corazón de Sevilla, nada más y nada menos que a la calle Sierpes (casi ná como dirían algunos), a ese edificio emblemático que antes fuera el teatro Imperial y mucho antes el cine Imperial que algunos no conocimos, es una lástima que se pierdan estos espacios para la cultura pero bien mirado mejor una librería (que sigue siendo cultura) que no un bloque de pisos como decía el otro día una pareja de señores mayores que venían de fuera, a los que mi jefe deleitó con un resumen de la historia del teatro, lo dicho, el sitio impresiona, el patio de butacas lógicamente no se conserva tal cual, hoy las butacas han dejado paso a las estanterías y a los ordenadores de consulta, pero no sé, aún cuando uno camina por la alfombra roja y se acerca al escenario si presta atención pueden oirse antiguos ecos de las representaciones de antaño, yo un día de los Santos sucumbí a la tradición largo tiempo postergada de acudir a la representación de Don Juan Tenorio y me dejé arrastrar por una amiga hasta el entonces Teatro Imperial, y sí, tuve esa sensación de irrealidad que el teatro nos regala, un no saber a qué mundo pertenecemos, si a este o a otro que uno no sabe dónde se encuentra porque no lo ha terminado de vislumbrar...las vueltas que da la vida, ahora vuelvo a ese teatro pero en calidad no de espectadora (aunque a veces me sienta como tal en cierto modo viendo como la gente disfruta con los libros), sino de aprendiz de librera, ¿qué puedo decir? la sensación de magia y de irrealidad es casi la misma de aquel Don Juan pero sin actores en el escenario, el público es quizá un poco distinto, pero el encanto del lugar se respira en el aire, desde aquí invito al que no lo conozca a darse una vuelta, curiosear y ¿por qué no? a sentirse un poco artista, un abrazo a tod@s.